La ética en las finanzas

La ética en las finanzas

Si estamos comprometidos con la transformación de la economía por una que sea justa, que tenga como principal objeto el desarrollo de las personas, no podemos comportarnos de modo dual y contradictorio, hemos de ser coherentes con esos principios y obrar en consecuencia. Por ello, en las finanzas, como parte de la economía, la ética ha de tener su lugar. Leer más...

La financiación -el uso del dinero- en el ciclo de la economía, también es un acto humano –ya sea a título individual o en el marco de la organización a la que se pertenece-, y por ende, es una acción que tiene unas connotaciones éticas: “Con el dinero se puede hacer mucho bien o mucho mal. El buen o mal uso del dinero tiene consecuencias inmediatas en la vida de la gente; el uso del dinero condiciona en gran medida el bienestar o el sufrimiento de muchas personas.” (Diócesis de Orihuela-Alicante: Delegación de Acción Social y Caritativa (2014). La dimensión ética del dinero. La función social del dinero. Curso 2013-2014).

Esas connotaciones, adquieren mayor relevancia, debido al carácter “impersonal” que fue adquiriendo el uso del dinero, al ser un instrumento que es utilizado en una compleja estructura de entidades e intermediaciones, que hacen muy difícil su trazabilidad.

Si bien esta cuestión siempre ha estado presente; tal vez adquiere mayor notoriedad a partir de la crisis financiera mundial iniciada en 2007, que ha dejado al descubierto la escasa transparencia de las operaciones financieras, el uso fraudulento de los distintos productos financieros, y por ende, el enriquecimiento ilícito por parte de personas responsables, gestores y entidades financieras; que acarrearon consecuencias negativas importantes, con nefasta repercusión para personas, familias y empresas, que en no pocos casos, provocaron situaciones nefastas para sus respectivas economías.

La responsabilidad en cómo utilizamos el dinero es de todos los que estamos involucrados en la cadena de la financiación:  de quien entrega sus ahorros (nosotros, los ahorristas, es nuestro dinero), del empleado del banco y del banquero (cada uno en su nivel de responsabilidad) ya que recomiendan un determinado producto financiero u otro al ahorrista, e invierte el dinero en otro producto financiero (continuando la cadena de intermediación) Leer más...

El banco / la inversora utiliza el dinero confiado por el ahorrista, para la financiación de un proyecto determinado (esta inversión puede ser ética porque contribuye al bien común, o puede no serlo, ya que su fin es uno, que puede vulnerar total o parcialmente algún derecho humano). Y es aquí donde se decide lo ético o no de las finanzas.

En Cáritas sostenemos que “va siendo hora de buscar una coherencia mayor en este complejo mundo de las finanzas. También aquí los cristianos podemos ser, con humildad, «luz del mundo» y «sal de la tierra»165, aportando propuestas y promoviendo proyectos que apunten en la dirección de un mundo nuevo, renovado por la fuerza del Evangelio de la fraternidad”[ (Cáritas Española (2005). Grupo de la Acción Significativa Finanzas Éticas. Dinero al Servicio de la Justicia. Madrid.)

A continuación, podemos ver un vídeo con unas preguntas que hicimos a Arcadi Oliveres en la Escuela de Primavera de 2019, sobre la ética en las finanzas


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