Las finanzas y el sistema financiero

Las finanzas y el sistema financiero

Imagen cortesiía de noppasinw / FreeDigitalPhotos.net

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El dinero nació como una herramienta que ha contribuido a simplificar las transacciones necesarias para el desarrollo de la actividad económica y el intercambio de bienes y servicios que las personas necesitamos para vivir, reemplazando al trueque o el intercambio directo, que -en ocasiones- dificultaba la agilidad en el comercio y la compensación en el valor asignado a cada bien o servicio.

La progresiva y creciente utilización del dinero, como medio de intercambio, fue generando la necesidad de contar con sistemas que lo administraran. No sólo por precisarlo en su transporte o seguridad en su custodia, entre otras razones, sino para su disposición en la dinamización de la economía, vinculando a quienes lo poseen en exceso con quienes lo necesitan porque no cuentan con suficiente cantidad, como nos hemos referido cuando hablamos del “poder del dinero”.< class="collapseomatic " id="id662cead9c01b0" tabindex="0" title="Leer más..." >Leer más...< id='swap-id662cead9c01b0' class='colomat-swap' style='display:none;'>Ocultar texto...

Esta es la función de las “finanzas”, la parte de la economía que, a través de distintos medios e instrumentos financieros, se encarga de la obtención, la gestión y el flujo del dinero como movilizador del resto de recursos involucrados en las fases del ciclo de la economía, constituyéndose así en un articulador y que posibilita la concreción de las transacciones necesarias para que la actividad económica pueda llevarse a cabo.

Según el Banco de España, el sistema financiero “es el conjunto de instituciones, medios y mercados en el que se organiza la actividad financiera, de tal modo que cumple la función de canalizar el ahorro, haciendo que los recursos que permiten desarrollar la actividad económica real -producir y consumir, por ejemplo- lleguen desde aquellos individuos excedentarios en un momento determinado hasta aquellos otros deficitarios”. 

Es de destacar que el sistema financiero, además de tener como misión la gestión de las finanzas, tiene un rol fundamental en la direccionalidad que adquiere la economía de un país, de una región y de todo el mundo.

En las últimas décadas, el sistema financiero ha adquirido una envergadura muy superior al resto de sistemas que funcionan dentro de la economía, por ejemplo, el productivo. José Ángel Moreno, miembro de la ONG Economistas Sin Fronteras, en la ponencia que tuvo a su cargo en el curso de finanzas éticas que hemos desarrollado en la Escuela de Primavera de Cáritas de 2015, hacía referencia a este aspecto. Moreno nos explicaba que el sistema financiero tiene un carácter distintivo en la economía, al jugar un papel diferencial, ya que es un actor decisivo en la asignación de los recursos económicos por tres motivos:

  1. porque facilita los medios de pago e intermedia y canaliza la transferencia de recursos desde los agentes excedentarios (ahorristas) hacia los agentes que los necesitan (prestatarios);
  2. porque las entidades financieras toman decisiones fundamentales en esa asignación: ya que analizan los riesgos y las oportunidades, y así, determinan quienes -y por cuánto- son los destinatarios de los recursos económicos a asignar.
  3. porque condicionan la distribución de los recursos ya sea para el consumo o la inversión, entre las distintas actividades productivas de la economía, así como entre colectivos sociales.

Esta función le otorga, al sistema financiero, un poder significativo, que influye de modo decisivo en la direccionalidad de la economía, ya que, por un lado, define quién accede al crédito, y qué actividades se financian; por el otro, toman recursos a corto plazo y financian a largo plazo, efectuando un «puente» entre el presente y el futuro.

Hemos de tomar conciencia de la importancia del rol que cumple el sistema financiero, ya que influye de modo decisivo en el ritmo y el carácter de la actividad económica, en su desarrollo y en la distribución de sus resultados.

Así, el sistema financiero se constituye en una pieza clave del sistema económico, ya que todos los agentes que interactúan en él, precisan de esta intermediación para que los recursos económicos fluyan de unos a otros, lo que mueve el engranaje del sistema.< class="collapseomatic " id="id662cead9c0251" tabindex="0" title="Leer más..." >Leer más...< id='swap-id662cead9c0251' class='colomat-swap' style='display:none;'>Ocultar texto...

Esta centralidad e importancia del sistema financiero tiene un efecto significativo y decisivo en lo que implica la asunción de riesgos para la actividad económica, los cuales, no son sólo económicos, sino que también tienen implicancias en las dimensiones sociales y ambientales, por tanto, tiene repercusión directa en la vida de las personas y las sociedades, lo cual nos lleva a la necesidad de preguntarnos cuál es el trasfondo ético que hay detrás de las decisiones del sistema financiero.

Hemos de ser plenamente conscientes que el sistema financiero tiene una responsabilidad social muy relevante, que no podemos soslayar. Por ello, su actividad debe estar sujeta a una regulación y supervisión muy estricta por parte de las autoridades gubernamentales, pero también, por parte de los ciudadanos, que hemos de asumir también una responsabilidad en el control permanente y cercano de la actividad financiera.

En el documento del “Dinero al servicio de la Justicia” decimos que: “En Cáritas reconocemos la importancia de un sistema financiero internacional fiable y saneado porque sabemos que las primeras víctimas de las crisis financieras son los millones de humildes ahorradores (…) Defendemos la necesidad de un sistema bancario nacional e internacional sólido y sometido a controles rigurosos. Experiencias vividas en los últimos años han ilustrado en nuestro país esa necesidad. Pero creemos que, precisamente por su relevancia y su centralidad en el mundo global, las cuestiones financieras son demasiado importantes como para dejárselas sólo a los banqueros y a los ministros de economía. Al apostar por una reflexión ética en este sector no queremos negar a nadie el calificativo de ético, pero estamos convencidos de que las instituciones financieras, tanto nacionales como internacionales (bancos, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, …) deberían revisar el conjunto de sus políticas de préstamos e inversiones desde criterios éticos más exigentes.

¿Qué sucede cuando el dinero no cumple su finalidad?

Puede ocurrir que la función original del dinero deje de ser aquella que es la de simplificar las transacciones en el sistema económico y contribuir a que fluya la actividad económica, y pase de ser un medio a convertirse en un fin en sí mismo, para la especulación o para financiar otro tipo de actividad que sea nociva para la vida de las personas o donde no se respeten sus derechos, por ejemplo: < class="collapseomatic " id="id662cead9c028a" tabindex="0" title="Leer más..." >Leer más...< id='swap-id662cead9c028a' class='colomat-swap' style='display:none;'>Ocultar texto...

Imagen cortesía de worradmu / FreeDigitalPhotos.net

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  • En el marco de los sistemas financieros, se ha desarrollado una industria de la “economía financiera” que le otorga al dinero “vida propia”. Ya no sólo existe la economía real o productiva, aquella que genera el trabajo que dignifica a las personas y produce bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades de las personas; sino que ha surgido una actividad económica que tiene como objeto de comercio al propio dinero, y que busca la generación de “riqueza”, sobre la base de la especulación y comerciar con el dinero, a través de préstamos y otros instrumentos financieros, con el cobro de intereses, que en no pocas ocasiones, son excesivos. Esta actividad se basa en un principio de injusticia: unos pocos ganan a expensas de lo que otros que pierden. A escala mundial, esto afecta a millones de personas y a veces a países enteros, generando un sistema global de injusticia que acarrea el empobrecimiento de esas personas y el nulo o escaso desarrollo de países.
  • Una parte del dinero se ha puesto al servicio del desarrollo y la financiación de actividades perjudiciales para el ser humano, tales como, la fabricación de armas y toda su industria asociadala industria de drogas y estupefacientes; las actividades contaminantes y/o lesivas del medio ambiente; la prostitución y trata de personas; las actividades de juego y “mesas de dinero”; entre otras actividades, que tantas muertes, enfermedades, pobreza y degradación del ser humano provocan; en pos de sólo objetivos de poder y riqueza para unos pocos.

Inversiones financieras que son éticamente cuestionables

En los últimos años se han publicado algunos informes realizados por institutos de investigación económica y ONGs en los cuales se dan a conocer datos que son preocupantes respecto de las inversiones que diversas entidades financieras realizan en sectores económicos cuya actividad claramente son cuestionables desde el punto de vista ético y en muchos casos dañan claramente derechos de las personas. 

Desde el punto de vista de Cáritas esas inversiones están en contra de nuestros principios y valores. Pero no sólo eso, es que justamente se está desvirtuando la función de estas entidades financieras, que debiera ser la de financiar actividades que promuevan el bienestar y el desarrollo de las personas.< class="collapseomatic " id="id662cead9c0377" tabindex="0" title="Leer más..." >Leer más...< id='swap-id662cead9c0377' class='colomat-swap' style='display:none;'>Ocultar texto...

Carátula del Informe «Inversiones que son la bomba». SETEM – Centre Delàs de Estudios por la Paz de Justícia i Pau

Uno de los informes, se refiere a la relación que hay entre los bancos españoles y la financiación a empresas en la que parte de su actividad económica, es la de producir armas o piezas o partes para la producción de armas. El estudio en cuestión es una colaboración entre la ONG SETEM y el Centro Delàs de Estudios por la Paz de Justícia i Pau, y el apoyo de Profundo Economic Research (Ámsterdam). El informe se denomina “Inversiones que son la bomba: negocios de la banca con empresas españolas de armamento”, y fue dado a conocer en 2012. A continuación, reproducimos algunas de sus principales conclusiones:

  • “En este informe aparecen implicadas 42 entidades financieras, entre las que se encuentran los grandes bancos (españoles y extranjeros), bancos de tamaño reducido o mediano, cajas de ahorros ahora convertidas en bancos, algunos grupos de cooperativas de crédito, empresas de seguros e intermediarias financieras.
  • El apoyo financiero que ha recibido el complejo militar-industrial mediante participaciones accionariales, fondos de inversión y créditos de 2007 a 2011, nos muestra que se han desviado al menos 1.372 millones de euros al sector armamentístico (casi 2.300 si contamos la participación de la SEPI en EADS220), que hubieran podido ser destinados a dar apoyo a otros sectores de la economía con efectos más positivos sobre la sociedad.
  • Todo ello muestra que el negocio de las armas tiene una gran dependencia de las entidades financieras, sin cuyo apoyo no existirían tantas armas ni tantas empresas militares. Con los datos revelados en este informe podemos afirmar que los bancos aquí estudiados pueden ser considerados corresponsables del negocio armamentístico español durante el período analizado.
  • La financiación de las empresas de armas españolas es de vital importancia para la continuación de su actividad económica, mostrando una ratio de endeudamiento de un 73% de media. Es decir, las empresas de armamento necesitan los servicios bancarios, no sólo para efectuar sus operaciones comerciales corrientes, sino que también tienen necesidad de las entidades financieras para conseguir fondos extraordinarios que les permitan emprender el desarrollo de nuevas armas, exportar a nuevos mercados y, en definitiva, mantener su pujanza competitiva en un sector eminentemente privado.”

Para conocer información actualizada sobre la actividad de la banca española y de otros bancos del mundo en la inversión en armamento, existe una página web denominada «Base de Datos Internacional Banca Armada» cuyo responsable es el Centro Delàs de Estudios por la Paz de Justícia i Pau, que ha sido elaborada principalmente en base al informe Los bancos que invierten en armas publicado en 2016. Esta base de datos se puede filtrar la información por países, entidades bancarias, empresas, etc. La información es alarmante, para el período 2011-2017, la inversión de la banca española para la industria de armamento alcanzó la cifra de 12.598 Millones de dólares de Estados Unidos. 

Hay que tomar conciencia que también otros sectores de la economía cuyas actividades también son perjudiciales y los bancos contribuyen a su financiación, tales como empresas que realizan prácticas contrarias a la salud humana, promueven distintos tipos de adicciones como es el juego, o actividades ilegales como los estupefacientes, o sus prácticas empresariales dañan el medio ambiente, vulneran derechos laborales, usan mano de obra infantil en los procesos productivos, discriminan por razón de edad o sexo, elaboran productos o realizan servicios que atenten contra la vida y la dignidad humana, etc.

Frente a estas situaciones, nosotros, los ciudadanos de a pie, quienes llevamos nuestros ahorros a las entidades financieras que usan nuestro dinero para financiar estas actividades, debemos necesariamente preguntarnos ¿qué hacer?, ¿qué exigir?, ¿debemos seguir confiando nuestros ahorros a esas entidades bancarias?, ¿debemos cambiarnos de banco?, ¿debemos pedir a nuestro banco que deje de realizar estas inversiones? ¿cual es nuestro rol como consumidor responsable y consciente de lo que está sucediendo con nuestro dinero?

Tomar conciencia del destino de nuestros ahorros

Hemos de afirmar que no todos los bancos ejercen su actividad de un modo perjudicial a los intereses de las personas, empresas u organizaciones. Aunque sí es cierto que una parte (o en algunos casos toda) de su actividad no es transparente, o no se conoce cómo se desarrolla, por tanto, no sabemos en qué medida está contribuyendo a dinamizar una economía que esté al servicio de las personas. No conocemos cómo es la trazabilidad ética del dinero que le confiamos, en las manos de quien acaba o para financiar cuál actividad.< class="collapseomatic " id="id662cead9c042f" tabindex="0" title="Leer más..." >Leer más...< id='swap-id662cead9c042f' class='colomat-swap' style='display:none;'>Ocultar texto...

Es a lo que nos referíamos respecto de la dimensión gigante del sistema financiero a escala global. Se traduce en la existencia de entidades financieras de enorme tamaño, con complicados entramados jurídicos de sociedades vinculadas, con presencia en múltiples países, y cuya actividad está muy diversificada en la gestión y comercialización de múltiples productos financieros complejos, y que gestionan de modo disímil y/o contradictorio.

Probablemente una parte de su negocio o del dinero gestionado se realiza con criterios que benefician a alguna actividad económica coherente con el desarrollo de las personas.

Pero otra parte de esa actividad financiera -en la mayoría de los casos mucho mayor que la anterior- está destinada a ejercer un negocio financiero, directamente relacionado con la especulación, o con la financiación –ya sea de modo directo o indirecto- de actividades nocivas o perjudiciales para las personas o el medio ambiente, o inclusive que favorecen el desarrollo de actividades ilegales, todas éticamente muy cuestionables.

Es hora de reflexionar y repensar cómo lo estamos haciendo. Tomar verdadera conciencia de cómo se dan estos mecanismos financieros, y cómo es que desde aquí la actividad financiera puede “torcerse” y conducir a la financiación de una economía que es ajena a nuestros principios y valores, ajena a la solidaridad, ajena a estar al servicio de las personas y su desarrollo.

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