Ética en nuestras finanzas: ¿tenemos opciones?

Del 2 al 9 de julio tuvo lugar la XXIV edición de la Escuela de Verano de Cáritas, en la que impartimos el curso “Ética en nuestras finanzas: ¿tenemos opciones?”. El curso, al que asistieron 18 alumnos de distintas Cáritas, perseguía incidir en la importancia de la ética en nuestras decisiones de ahorro, inversión y consumo, así como compartir las iniciativas de finanzas éticas que tenemos a nuestro alcance.

La temática de las Finanzas Éticas tiene presencia en nuestras Escuelas Confederales por tercer año consecutivo, y esto surge por la opción que Cáritas viene realizando en torno a la Economía Solidaria, en su creciente preocupación por las situaciones de injusticia y pobreza que genera el modelo económico vigente. No caben dudas que el sistema financiero es el corazón del actual modelo económico y que las finanzas, que deberían estar al servicio de la economía, están, cada vez más, al servicio de la especulación. Esto está provocando un aumento en la desigualdad entre personas y pueblos.

Arcadi Oliveres Justicia y Paz

En el curso impartido, apoyando esta reflexión, Arcadi Oliveres, profesor y miembro de Justicia y Paz , explicó, de forma muy ilustrativa, cómo la ética se ha ido apartando de la actividad económica y apuntó la necesidad de retomar la idea de una economía al servicio de la persona.

Desde Cáritas abogamos por un sistema económico que incorpore la ética en todas las fases de la actividad y se rija por los principios y valores de la economía solidaria, es decir, que no genere desigualdad, exclusión y pobreza. Un modelo económico vinculado a los derechos humanos y a la promoción de la dignidad, y en el que, sin renunciar al valor económico, el dinero esté al servicio de la justicia y el bien común.

A lo largo del curso, pudimos compartir este modelo de Economía Solidaria de Cáritas y nuestra opción por las finanzas éticas, como un instrumento que garantiza a los ahorradores que su dinero se invierta en actividades y proyectos que busquen el desarrollo de las personas, la redistribución de la riqueza y la protección del medio ambiente, en cualquier lugar del planeta.

Francisco Javier Garayoa, Spainsif.

Fue también una oportunidad para escuchar algunas de las iniciativas de finanzas éticas que se están llevando a cabo en la actualidad; muchas de ellas, con una amplia trayectoria: Fiare Banca Ética, Colonya-Caixa Pollença, Oikocredit, La Bolsa Social y Coop57.

Los testimonios de Cáritas Diocesana de Bilbao y Cáritas Diocesana de Mallorca  vinieron a reforzar el potencial de las finanzas éticas dentro de la Confederación.

También, gracias a Spainsif , la plataforma española de la Inversión Socialmente Responsable (ISR), y a Economistas sin Fronteras, conocimos la realidad de la ISR en España, sus principales productos financieros, los índices internacionales de sostenibilidad y los criterios para analizar y valorar a las empresas desde el ámbito ético.

María Ángeles García de Cáritas Española, acompañados de Beatriz Fernandez, Jose Ángel Moreno, Gloria González y Oscar Sierra, de la ONG Economistas sin Fronteras.

Tras la finalización del curso, una de las ideas compartidas con los asistentes, es que Cáritas tiene el reto y la responsabilidad de colaborar con entidades financieras a través de iniciativas que antepongan la persona al capital y prioricen la inversión justa sobre la especulación.

Entidades financieras que, ya sean convencionales o de carácter ético, hagan compatibles la rentabilidad económica y financiera con la consecución de objetivos sociales y medioambientales. Que incorporen las necesidades de las comunidades que sufren las consecuencias de la pobreza y la exclusión y sean conscientes del impacto que provocan las actividades empresariales en la vida de estas personas. Es decir, que se unan a nuestro modelo de economía solidaria y se comprometan con la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Asimismo, es fundamental que en nuestro día a día seamos conscientes de que las decisiones que tomamos de carácter financiero tienen una repercusión directa en el rumbo que adquiere el sistema económico y en la vida de las personas y las sociedades. Nuestra elección sobre qué consumimos y dónde invertimos nuestros ahorros contribuye a financiar determinadas actividades económicas, que pueden o no beneficiar el desarrollo de las de las personas, de la comunidad y de la sociedad en su conjunto.